sábado, 30 de enero de 2016

Parte IV

El asqueroso café se deslizo por la boca del abogado mientras revisaba los archivos referentes a su nuevo caso, -¡aquí no hay nada!- dijo en voz alta para si mismo en tanto se abrigaba y dejaba su despacho. 
En el centro de detención habían reunido a un considerable numero de sospechosos, el inspector acariciaba su bigote mientras observaba los expedientes de cada uno de los reos, estaba algo confuso respecto a los testimonios de unos cuantos detenidos, escucho el sonido de pasos acercándose hacia la puerta la cual finalmente se abrió dejando ver a un par de hombres, uno de estos era un joven moreno de rasgos joviales en tanto el otro tenia un semblante mas maduro y serio, se trataba de un guardia mas joven y el abogado que se haría cargo de aquel caso que tanto revuelo había despertado a las autoridades ganándose el sobrenombre de "el beso carmesí", el joven guardia pronto les dejo solos, -por favor tome asiento y dígame que opina al respecto- decía el inspector mientras ponía el expediente sobre la mesa, el abogado sin detenerse a responder leía cada palabra del texto. 
*En la noche del 29 de febrero del 20xx una mujer anónima fue encontrada muerta a las 03:00 horas en "el laberinto de las rosas rojas" un club frecuentado por la acomodada clase moskovita, según la autopsia realizada, la causa de la muerte se produjo por un veneno desconocido y restos del mismo fueron hallados en sus labios, según los testimonios de otros clientes, un joven fue visto acompañando a la victima y en ultimas instancias aseguran haber presenciado un beso entre este sujeto y la fallecida justo antes de que el primero abandonase el establecimiento, basándonos en los interrogatorios, los testigos declararon que el sospechosos portaba un sombrero de copa negro, un corbatín antiguo que hacia juego con su gabán carmesí, de momento es toda la información de la que disponemos.*. El abogado dirigió una mirada que exigía respuestas hacia el inspector y este le respondió con un gesto de satisfacción, era obvio que ambos se habían dado cuenta de algo, mientras acariciaba su bigote, veía al abogado extraer un par de documentos de su maletín, -este informe encaja perfectamente con la declaración de mis clientes, el joven alto de cabello blanco que llevaba un sombrero de copa, pero... como es posible-... dijo aquel hombre de leyes mientras el anciano inspector continuo la frase -aquellos homicidios fueron cometidos al mismo tiempo, por la misma persona en dos lugares totalmente distantes, aun si realmente son culpables ellos deben saber algo sobre ese enigmático personaje, hice bien en pedirte que llevaras el caso, hijo mio-.

Parte III

El estudiante de letras se hallaba distraído sobre su mesa, la misma sobre la que descansaba aquel viejo libro de poemas obsequiado por su hermano mayor hace tiempo y cuyo autor no era otro que Arthur Rimbaud, ahí se encontraba subrayada la frase "YO ES OTRO" y el estudiante la miraba estupefacto como si intentase definirse a si mismo a través de la misma, -si yo soy otro, ¿quien es yo?, no, incluso si yo fuera yo, el otro no dejaría de serlo y si ese es el caso, ¿hay algún otro que no sea yo?, incluso es posible decir que yo necesito ser el otro para poder existir, yo necesito percibir a un otro para que este exista y a la vez yo necesito ser percibido por el otro con el objeto de probar mi existencia, el "observador" y el "observado" es a fin de cuentas una relación simbiotica en la que se basa el hecho mismo de la existencia, tanto así que si yo o el otro desaparece se anula la existencia del superviviente, incorrecto, jamas habría existido un superviviente, una muerte perfecta, desaparecer de la memoria del mundo no es dejar de existir, es nunca haberlo hecho- su profunda meditación fue interrumpida por el ruido de una conversación ajena, dos chicas jóvenes mantenían el radio encendido y se oía la noticia del asesinato de una joven y la detención de un par de hombres sospechosos del mismo, al parecer la victima era una mujer joven que fue desangrada en la noche del 29 de febrero y su cuerpo ha sido encontrado en el bloque de apartamentos que lleva por nombre "una torre ridículamente alta", los acusados fueron descritos como un joven de piel morena de unos 20 años de edad, el otro era un hombre maduro que regentaba un bar en la ciudad de Moskov, la policía los encentro en la propiedad del segundo acusado y un collar dorado manchado de sangre fue hallado en una caja de te, atónito observo lo sucedido y se percato de que en aquella noche maldita el mismo había caminado hacia el infierno y había visto de cara al demonio.

Parte II

Las calles de Moskov se encontraban azotadas por el sol, el joven de piel morena que cargaba un estuche de guitarra se abrió paso a través de la ciudad hasta ingresar en un extraño bar sin nombre. 
El encargado de la barra hizo un ademan de saludo mientras el sujeto procedió a sentarse en una de las muchas sillas vacías, -"veo que esta tan lleno como siempre, debo felicitarte por mantener el grandioso numero de UN cliente habitual"- fue lo que dijo el muchacho mientras encendía un cigarro, -"es usted el que me espanta la clientela, nadie quiere estar cerca de un delincuente... "- luego de estas palabras del barman, el joven le lanzo una gélida mirada que duro solo un segundo, sin embargo pronto esbozo una sonrisa amable -"¿que tiene de malo?, hasta donde se en esta ciudad se acostumbraba a recibir narcotraficantes con honores, sabes muy bien que ellos eran artífices de actos mucho peores que los míos y si lo ves desde cierto punto de vista... le hago un favor a este mundo, ahora trae algo de beber, estoy muerto de sed..."- sin atreverse a responder, el cantinero puso un vaso de sidra sobre la mesa, este a través de la tarde se convirtió en diez, el crepúsculo se arrastro por encima de la ciudad y aquel par de individuos continuaron solos en el establecimiento, -"ya se hace tarde y no ha venido nadie, pobre hombre, de no ser por mi estaría en la ruina total" dijo el muchacho para si mismo mientras continuaba bebiendo, dejo dinero sobre la mesa, era mas del que demandaba su consumo y se marcho, mientras caminaba por la calles se percato de la presencia de un individuo con ropas elegantes, de manera ansiosa se dispuso a seguirle de cerca y adivino que se dirigía hacia el callejón, a cada paso se sentía excitado y no podía comprender el por que de tal estado, presuroso desenfundo su cuchillo lanzando un feroz tajo a su presa, lo que sucedió fue totalmente inesperado, el filo de una navaja estaba contra su propio cuello, se percato al instante... no había querido detener su tajo, el extraño le ataco con intención de matarlo pero se detuvo cuando noto su arma, por la velocidad de su ataque intuyo que no podría asesinarlo en una pelea, el miedo se apodero de el hasta que el sujeto de traje elegante abrió la boca "vaya, hola señor asesino, no debería intentar cortar a las personas, aunque a decir verdad no tengo derecho a juzgarlo, que tal si vamos por una copa, ¿no le parece?", ambos enfundaron sus cuchillos y salieron caminando de regreso al bar, el muchacho de piel morena examino a quien intento asesinar hace unos minutos, vestido negro con un largo sombrero de copa, su largo cabello plateado se movía con la leve brisa antioqueña, "¿como te llamas señor asesino?" dijo el del sombrero, "no hay necesidad de responder, no le daría mi nombre a un asesino", respondió el del estuche de guitarra "es verdad, pero si gustas puedes llamarme SOMBRERERO LOCO y tu seguirás siendo el SEÑOR ASESINO" dijo dulcemente mientras abría la puerta del bar, el barman se mostró sorprendido al ver entrar a su habitual cliente con un acompañante, tomaron lugar en una apartada mesa, se acerco preguntando si deseaban algo de beber "tráeme una botella de sidra" dijo el de piel morena, cuando el dueño del bar pregunto al otro joven, este respondió "hoy no es mi cumpleaños, por favor algo de te", el cantinero estuvo a punto de contestar que eso era un bar y por lo tanto no había te, sin embargo la fría mirada de su habitual cliente le hizo saber que se trataba de alguien peligroso "muy bien, espere un poco" rápidamente se lanzo a la ciudad en busca de te, aun así no pudo encontrar tal producto en la ciudad, cuando abandono toda esperanza una mujer se detuvo junto a el dejando ver una caja de te, -"necesitas esto cierto, adelante tómalo, es mejor no hacerlo esperar... por cierto, en la cajita hay algo mas que te, dale lo que encuentres a aquel chico moreno, lamento no poder darte explicaciones pero no tienes mucho tiempo, cuídate" luego de estas palabras ella se esfumo, sin tiempo de pensar el cantinero volvió a su local y preparo el esperado te, lo sirvió a sus silenciosos clientes, extrañamente el del cabello de plata se había marchado, al mirar al joven de la guitarra se dio cuenta de que este estaba temblando, el cantinero pregunto que había sucedido y escucho la respuesta del muchacho.. "el diablo, ese hombre es el diablo".

Parte I

La doncella despertó sobre el tejado de una antigua torre ridículamente alta, el crepúsculo ya se había apoderado del mundo, de repente las nubes dieron paso a la luz de luna y un joven de rasgos afeminados se hizo visible, su larga cabellera plateada ondeaba brevemente a causa del viento, portaba un sombrero de copa que hacia juego con sus anacrónicas prendas del siglo XIX -señorita, ¿bailaría conmigo la canción de la noche?- pregunto el y antes de que ella pudiera pensar siquiera en negarse ya le habían sometido, sus manos se entrelazaron mientras los cuerpos se movían acorde a una silenciosa canción, cada vez mas íntimos, sus finos dedos descubrieron el suave cuello de la damisela haciendo a un lado aquel collar de oro en tanto que su sensual boca besaba sobre la pálida piel femenina, esta fina capa pronto fue deshecha y emano el embriagante néctar carmesí, tras calmar su sed con varios sorbos del mismo, la joven deseo conocer la identidad del extraño junto al motivo del ataque, mas este solo respondió -Alicia, en mis no cumpleaños solo bebo te, es justo que hoy me deleite un poco mas ¿no?.